Existen combinaciones de chakras
que generan nuevos “conceptos más elevados”. Ahora hablaremos de las trilogías,
es decir, las combinaciones de 3 chakras que se coordinan para operar como uno
y alcanzar un fin más avanzado.
La trilogía de la vida –
consiste en la coordinación y cooperación
mutua del 1, 2 y 3 chakra. La combinación del deseo de vivir, el deseo de
procrear y el deseo de alimentarse generan un nuevo concepto; la vida.
La trilogía de la felicidad –
se produce de la armonización
entre el 1,4 y 7 chakras. La alegría (rojo) del 1 chakra se combina con la
serenidad (blanca) del 7 chakra, generando el color rosa pastel, el tinte de la
felicidad. Este color se forma utilizando la línea energética vertical, es
decir, el torrente energético que sube por la columna vertical, donde los dos
chakras en lugar de llegar a una contracara como los demás se funden y conectan
entre si a la altura del 4 chakra, (verde) el corazón. El secreto de esto es
que para que la felicidad “emerja” inundando el aura el corazón debe estar
lleno de amor, de lo contrario la formación del rosa se tornara en una
experiencia dolorosa y vacía, que generará un gran dolor en lo profundo del
alma para quien la experimente.
La trilogía de la creación
–
está formada por el 7, 8 y 9
chakras. El 7 (blanco) es el color de Dios, es decir de la conciencia que
emerge de la unión completa de todo cuanto es. El 8 (plateado) es el color del
deseo de concebir algo, por eso es común verlo en las mujeres embarazadas y en
los hombres que saben serán padres. El 9 (dorado) es el color de la unicidad de
nuestras almas. Muy en el fondo, todos somos dorados. Esta fue la trilogía
original, de la cual tanto habla el cristianismo. “Padre, hijo y espíritu
santo”, que son tres cosas y una a la vez. Este complejo que parece tan
abstracto cuando uno se cabecea intentando visualizar tres manzanas que ocupan
su propio espacio y luego se “fusionan” en una única manzana sin cambiar de
volumen resulta espantosa de intentar comprender con la física newtoniana en la
cabeza, pero cuando estamos hablando de energía y más aún de energía a distinta
frecuencia de vibración (y sabemos que es distinta en este caso porque cada color
esta ligado a una frecuencia propia), no resulta para nada complejo superponer
las tres dimensiones la una a la otra y así, ocupando todas el mismo espacio en
distintos niveles de existencia, resulta evidente que puedan fundirse y que
sean todas exactamente lo mismo resulta aún más fácil de comprender, ya
que en ultima instancia todos los colores al superponerse originan blanco, que
es el de Dios. Con esta idea en mente se deduce por de fault que en realidad
todas las dimensiones de colores se superponen la una a la otra y coexisten
todas en un “mismo espacio”. Lo interesante de esto es que la trilogía original
debe haber sido esta; blanco, plateado y dorado ya que es la forma de “poder
crear desde una única alma, gestar y parir, almas individuales”, todo en ese
orden, a nivel espiritual. Esa fue nuestra primera “creación”, ya que la
creación del alma es previa a todas las demás.
La trilogía del amor
incondicional -
La naturaleza del amor (verde
manzana); “el amor es esa sensación, o corazonada, de que no importa las
circunstancias que puedan estarse desarrollando alrededor se esta en el camino
correcto. De alguna manera nuestra unión con ciertas personas pertenece a una
realidad destinada y superior, que yace oculta bajo la realidad visible, como
el bosquejo subordinado a la novela, que no se presenta a los lectores, pero
guarda todas las directrices del desarrollo futuro de la novela. El amor, por
tanto, es ante todo un destructor de fantasías y mentiras. Sueños bien o mal
intesionados no tienen valor para el amor en cuanto son solo eso; sueños. El
amor es aquel que vive en un sueño, lo materializa en la realidad y lo
experimenta y lo goza en ella, sin esperar a que llegue o a que regrese. El
tiempo tampoco tiene valor ante el amor, ya que como destructor de ficciones él
sabe antes que nadie lo irreales que son el tiempo y el espacio y no los toma
por más de lo que son, el teatro donde se desarrollan y gloriosas escenas. Si,
el amor es algo que puede sonar vanidoso para quien lo tiene herido. Ese es un
problema para el amor y es el hecho de que no es bueno manejando el dolor,
simplemente lo acumula y lo guarda en un rincón, pensando que con su amor
eventualmente lo sanara y no se le ocurre el mal que le puede causar el
acumularlo.
Cuando el amor se ha visto sobre
excedido, llama a la comunicación, estacionada en el 5 chakra (azul). La
comunicación, también llamada voluntad, recibe es nombre del hecho de ser ella
quien purifica y para limpiar una moneda de oro cuando esta tan sucia que no deja
entrever su real valor, se requiere voluntad. La voluntad consiste en el
“querer hacer”, querer hacer algo porque nos parece que esta bien, querer hacer
algo porque confiamos que en ultimo termino todo lo que existe es energía y que
aquella que parece fría o cruel en realidad es solo energía estancada, que como
el agua de un estero ha dejado de fluir. Lo que el azul hace es subir la
frecuencia de vibración de las zonas de baja frecuencia utilizando su propia
frecuencia. Para conseguir la resonancia lo que el azul hace es vibrar sobre si
mismo a la misma frecuencia, pero con más amplitud, es esta forma consigue
aumentar la frecuencia de los fríos hasta convertirlos en luz blanca. El azul
por tanto es el transmutador de frecuencias y por ser el único que se escucha
por sobre los demás, comunicando su deseo de llevar al blanco todas las demás frecuencias
(es decir, de reunificarnos con el todo, Dios, que es el nivel de conciencia
del blanco) se dice que “canta” para comunicar la buena noticia. Por
tanto es el color del canto y de la voz, de la resolución de conflictos.
Una vez que el azul esta activo,
se produce una nueva conexión a través de él, entre el amor y el 6 chakra
(violeta – lila – azul profundo (no oscuro). El violeta es el color de la
belleza. Una vez que el azul, que es el color de la armonía, ha conseguido
purificar la energía emerge de él el violeta, el color que “aprecia la armonía
y la belleza”. Este color contemplativo es el color de los artistas (músicos,
escritores y pintores) y de los psíquicos. La razón de que acompañe a los
artistas y artesanos es que es el color que “disfruta” de experimentar todo
cuanto es, tanto en blanco, como en el despliegue de todos los demás colores.
Como todo lo quiere percibir, lo que hace es que aumenta la capacidad de
percepción ordinaria de los sentidos, haciendo que quienes tienen este color
exacerbado perciban la realidad un poco amplificada o distorsionada para
criterio de los demás. En realidad ellos la perciban mejor que nadie, solo que
no siempre son capaces de comunicarlo de manera que los demás les entiendan,
por eso encuentran un nicho de expresión. El violeta aumenta los sentidos y
permite “ver” tanto aquello que es superficialmente “bueno”, como aquello más
profundo que es “malo” y finalmente la medula de la maldad, que es en última
instancia luminosa y por tanto “perfecta” como todo lo demás. Esta confianza en
la realidad (una vez alcanzada) les permite desarrollar “la incondicionalidad”.
Es decir, la certeza absoluta de la bondad subyacente que rige todos los planos
de existencia.
Cuando el amor, la comunicación
(o purificación) y la incondicionalidad se unen en una triunión se genera
aquello conocido como “amor incondicional”, que no es más que un inmenso amor
que se despliega con confianza ciega sobre los demás, ya que entiende que
cualquier herida que sufra por su forma de experimentar la vida será sanada y
purificada por el mismo y el azul y porque sabe que todo cuanto existe, ya sea
material o espiritual, vivo o muerto, no es más que una “ilusión” de la
realidad ultima y verdadera, en la cual el violeta le permite ver que todo el
perfecto y armónico, que todos los tiempos estas ocurriendo simultáneamente,
tanto el comienzo como el final en un colosal y deslumbrante desglose de la
realidad, tanto el inicio de conflictividad como la resolución de los
conflictos; la realidad ultima, que yace subyacente a la nuestra es perfecta y
formada solo de amor, por lo cual todos los seres son dignos de recibir amor. De
esta comprensión se genera de manera natural el amor incondicional.”