...es decir, a ser un ser luminoso, que vive en la luz.  
 "No existe 
ni el mal ni la oscuridad. Solo el miedo y la ilusión. Simplemente deja 
al miedo fluir, nunca fue parte de ti hasta que le diste cobijo en tu 
corazón. Déjalo que salga, regresaselo a Dios para que el haga con el lo
 que sienta oportuno. Tú solo liberate del temor, no te obseciones con 
la sobreprotección ni el arrepentimiento. Vive al máximo segundo a 
segundo y sobretodo, amate en tus propias limitaciones y lo que juZgas 
limitante en los demás. Aprender a amar incondicionalmente, reconocer
 la divinidad en los demás es la clave para la realización, para el fin 
de este juego al que llaman "reencarnación" y el regreso a tú lugar 
original como un luminoso maestro. Con amor, Sebastian."
(Mensaje canalizado de un maestro)